Cachipay Capítulo 1

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CACHIPAY CAPÍTULO 1

Ruta del Chaquén

VIDEO CAPÍTULO 1

Producción: Nuestra Territa, Sonido: Pedro Aldana, Cámara: Davidson Castellanos Cámara 2: Duvan Fiallo Edición y postproducción: Duvan Fiallo. Bogotá Colombia.

Recorriendo La Ruta del Chaquén

Cuenta la leyenda que Chaquén, deidad muisca, vigilante y guerrero era el encargado del orden y la paz, guardián de las fronteras, y vigía de los linderos en los campos de cultivo. Dios de la productividad agrícola de nuestros antepasados, poco a poco revive para dar paso a sus legatarios, guardianes de la tierra, quienes nos llevaron por mágicos lugares de Cundinamarca, donde comienzan a florecer oportunidades para los habitantes de la región y turistas sedientos de inefables experiencias.

 

El primer tesoro natural en la provincia del Tequendama

A 1.400 metros de altura sobre el nivel del mar, un piso térmico templado que cuenta con una temperatura entre 25 y 27 grados se encuentra el centro del municipio de Cachipay. El primer destino de los legatarios de Chaquén, biólogos de la Universidad de El Bosque y guías de la Alcaldía municipal. Testigos y cómplices de esta ruta que inició a las 10 de la mañana.

A medida que el recorrido avanza, se pueden apreciar viejas fincas cafeteras de más de 2.600 metros cuadrados, una importante producción agrícola, gran variedad de flores, árboles frutales, mangos de exportación, y un considerable follaje que atesora el municipio colombiano más montañoso de la provincia del Tequendama. Un raudal biológico interminable, a través de 56 kilómetros cuadrados, entre zonas escarpadas de colinas, bosques y montañas. Poco a poco, el clima se torna más cálido y la vetegetación cambia su atuendo para ajustarse a la temperatura del lugar. La primera parada es en Peña Negra, donde desciende uno de los legendarios afluentes que nace en el mágico Bosque de Niebla para darle de beber a la tierra y a los hombres. El río Bahamón converge con la quebrada Doña Juana para demarcar los límites con el municipio de Quipile.

“La particularidad de este territorio es que los paisajes albergan una estructura ecológica fundamental para nutrir todas las dinámicas que integran a la comunidad rural. Así entonces, nosotros, con base en las investigaciones hechas en este proyecto, complementamos y apoyamos el desarrollo de estas comunidades, por medio de la conservación de la biodiversidad en sus unidades productivas”, dice Fernando Dueñas, investigador asociado al programa de Biología de la Universidad El Bosque.
Si bien las bondades de los ecosistemas y la productividad de Cachipay en esta zona son infinitas, también son desonocidas para muchos habitantes colombianos. Por esa razón, la Facultad de Marketing y Transformación Digital de la Universidad El Bosque se suma a la inventiva del programa de Biología para aportar con sus conocimientos. “En la ruta de chaquén, por Cachipay, el programa de Marketing y Transformación Digital puede ayudar al municipio y a su gente en diferentes temas, primero a generar un mayor conocimiento de los atractivos turísticos registrados del café, sus tres pisos térmicos y todo el potencial que existe en esa zona. Esto lo podemos hacer de muchas maneras: a través de un gran plan de comunicación, que incluya el manejo de las redes sociales, para que estén en línea con las tendencias del ecoturismo para los visitantes nacionales e internacionales, de manera que se pueda posicionar el municipio y promocionar todos los atractivos que tienen y darlos a conocer en Colombia y en el mundo, con el fin de atraer más turistas y exista una conexión entre los visitantes, residentes y productores de todo lo que se hace en estas fincas y en esa zona de la provincia del Tequendama”, afirma Germán Mauricio Rojas, director del Programa de Marketing y Transformación digital.

 

Tras la pista de un personaje mítico

Al finalizar la tarde, el refugio de un antiguo personaje de cuentos y leyendas indígenas, El Alto del Mohán, a lo lejos, pareciera gritar para hacer una invitación: admirar el brillo de Cachipay, desde su cúspide. Con eso en mente, cualquiera soporta la fatiga intensa, que se hace más fuerte, a medida que se asciende por el rocoso trecho empinado.

Ya en la cima de la montaña todo cobra sentido. No solo se vislumbra Cachipay por todo lo alto, sino el Observatorio Maximiliano Alzate, el sitio ideal para hacer talleres de astronomía, practicar senderismo, hacer camping, manejar telescopios o simplemente, llevarse el planetario móvil.
La búsqueda de las estrellas y de la antigua mitología dejan huella para despedir el sol y dejar entrar la noche en un pico del municipio.

 

El ecosistema, guardián de los bosques

En el último tramo del recorrido por Cachipay se encuentra listo el siguiente legatario de Chaquén: David Huertas, ingeniero ambiental de la Universidad El Bosque, para dar inicio a una larga caminata durante toda la mañana, a través del legendario Bosque de Niebla. Allí se completa el ciclo de vida de miles de aves en conservación y se forja el agua que refresca a más de un municipio en la zona del Tequendama.
A 2.106 metros sobre el nivel del mar se encuentra este resguardo de ecosistemas boscosos, que en medio de la niebla que acorta la vista y el viento que sopla con fuerza, se origina una infinidad de especies arbóreas de hojas verdes y amarillas, mientras el silencio del lugar hace un llamado a las guacharacas, gallinas flacas voladoras, las ardillas de cola roja y otros inusuales mamíferos para que se asomen en este sosegado espacio que incita a respirar profundo y llenarse de vida con una sola inspiración. “Esta es un área de protección y de suma importancia para la preservación y conservación de los recursos naturales, debido a la generación de agua, principalmente, y donde se destaca la biodiversidad de fauna, en especial de aves. Un aspecto crucial para el municipio de Cachipay, pues contamos con un área específica para la conservación de estas especies, denominada Aica”, señala el Ingeniero David Huertas.

Un refugio escondido a la altura de Tablanca y Petaluma alta, que durante décadas fue el gestor de abundantes cosechas frutales para abastecer a la mayoría de las familias de la región, hoy es fuente de cultivo de follajes que acompañan los adornos florales y amenzan su bondadoso ecosistema. Un reto importante para los entes municipales y profesionales de La Universidad El Bosque, quienes vienen trabajando para tener procesos sostenibles y amigables con el medio ambiente. Según el ingeniero David Huertas, en el muncicipio se cultivan especies, como brillantina, cóculos, ruscos, los cuales son exportados, en su mayoría, a Estados Unidos y algunos países de Europa. Estos verdes o follajes son plantas utilizadas en la industria de arreglos florales y su cultivo no es muy amigable con el ecosistema. Por lo tanto, se trabaja con la administración municipal y otras entidades para que estas plantas se puedan producir de una manera más limpia, sostenible y menos agresiva con el medio ambiente. Una posibilidad también para ofrecer otros servicios ecosistémicos para los extranjeros, como el turismo natural y potenciar aún más la riqueza natural del municipio de Cachipay.

 

Un reencuentro con la historia

Hacia el medio día, los rieles de las antiguas vías del tren marcan el rumbo para llegar al parque ambiental Los Panches, un antigüo lugar habitado por este clan indígena.
Desde lo más alto de una roca se tiene una vista panorámica de todos los municipios aledaños: La Mesa, Mesitas de El Colegio, Anolaima, Quipile, la entrada a Girardot y a la ciudad de Ibagué, y en el fondo, de manera tímida, se dejan ver los picos del Nevado del Ruiz, el Nevado del Tolima y la Sierra Nevada de Santa Isabel. No en vano, los caciques Tocarema y Cayandá hace más de cinco siglos se asentaban en el pico de este lugar para divisar los demás asentamientos, organizar sus estrategias políticas y definir sus acciones bélicas de clanes y resguardos.

“Este es un lugar muy especial de Cachipay porque se aprecia toda la región del Tequendama. Aquí nuestros antepasados, Los Panches, se ubicaban para hacer sus jugadas maestras, con la ayuda de esta visión privilegiada que les permitía a los caciques seguir todos los movimientos de las tribus indígenas”, finaliza el ingeniero David Huertas.

De nuevo en el centro del municipio, en medio de una finca privada se da inicio a un encuentro sagrado con los antepasados. Un lugar donde se rememoran las expresiones artísticas de nuestros ancestros en los petroglifos, ubicados en uno de los terrenos de la parte media de Cachipay, donde el arte rupestre matiza cada una de las rocas, sin olvido y sin tiempo. A modo de esculturas precolombinas talladas sobre base caliza se atesora el testimonio de este pueblo aborigen y guerrero, que permanece intacto después de quinientos años. Formas espirales, buhos, ranas y bagres atraviesan cada una de las piedras recreadas con trazos que muestran la cosmovisión indígena de la Tribú Caribe.

Y si bien, después de muchos años de estudio, arqueólogos ni artistas han podido explicar con exactitud el por qué del arte rupestre, lo cierto es que este encuentro con el arte ancestral, en una especie de ritual, sella el atardecer y la travesía mística por la “Tierra de ensueño, de luz y de amores”.

“Tierra de ensueño, de luz y de amores”, el primer destino del Chaquén

Bajo la iniciativa del programa de Biología y su equipo de investigación de La Universidad El Bosque, en cabeza de la docente Clara Santafé, la facultad trabaja desde hace varios meses en el proyecto que pretende ser un agente activo para la preservación de los recursos naturales de varios municipios del país. Un trampolín para dar a conocer la riqueza natural colombiana, a través del ecoturismo, a la vez que impulsa el desarrollo comunitario, por medio de los emprendimientos que se generan día a día en cada región.

De esa forma, recientemente, se delineó una ruta para recorrer tres municipios ubicados en el departamento de Cundinamarca, con el objetivo de conocer y vivenciar los avances de la universidad en Cachipay, Quipile y Tenjo. En honor a un personaje mítico ancestral, deidad musica que velaba por la productividad de la tierra y los linderos de los campos de cultivo en las antigüas culturas indígenas, el recorrido se denominó la Ruta del Chaquén. Una travesía que destacó la riqueza natural de cada región, la labor de la comunidad, gente comprometida con la biodiversidad del país, guías municipales, estudiantes y egresados de diferentes facultades de la Universidad de El Bosque que poco a poco se han sumado a este propósito.

“Se trata de un proyecto macro que se lleva a cabo en varios municipios del país. Además de los fines de conservación y el impacto medioambiental, queremos generar un valor agregado. ¿Cuál es la idea? En este momento, el auge de turismo demanda naturaleza y espacios abiertos, pero sumado a esto, necesitamos equilibrio. Colombia es el segundo país con mayor biodiversidad en el mundo, pero para tener una propuesta de valor, trabajamos con biólogos de la Universidad de El Bosque, quienes junto con líderes de la comunidad de cada municipio tratamos de lograr ese balance entre la conservación, la rentabilidad económica, el valor antropológico y el valor cultural que genera la trazabilidad”, explica Clara Santafé, directora del programa de Biología de la Universidad El Bosque.

 

Un destino ecoturístico

El municipio de Cachipay, ubicado en una de las zonas de la Provincia del Tequendama goza de una enorme riqueza natural y una gran biodiversidad, debido a que su territorio cuenta con tres pisos térmicos: cálido, templado y frío. Este hecho lo convierte en el espacio perfecto para el turismo natural, además de los atractivos que hacen de este lugar una tierra de ensueño, como versa la melodía compuesta en su homenaje.
En el lugar más bajo del municipio se encuentra el área de Peña Negra, donde desciende uno de los principales afluentes que recorren gran parte del territorio, el río Bahamón, el cual encuentra su punto más cálido en la convergencia con la quebrada Doña Juana que demarca los límites con el municipio de Quipile.

Para llegar a esa parada de Cachipay se debe recorrer, desde el centro muncipal, cerca de 60 kilometros en automóvil. A través del recorrido se aprecia la perfección de la naturaleza reflejada en ecosistemas privilegiados. Árboles frutales, variedad de flores, múltiples colores en sus paisajes, sonidos agudos de especies endémicas, una cantidad inagotable de agua, flores originarias y fincas cafeteras.

Y para prolongar esa biodiversidad es necesario pensar no solo en los recursos naturales, sino en todas las manifestaciones de vida, como la cultura, costumbres, y formas de desarrollo que han hecho país durante muchos años. “Con base en la investigación, nuestro propósito es impulsar las bases productivas de la región, como el café. No podemos olvidar que este grano ha hecho historia en nuestro país y ha alimentado a muchas familias durantes décadas. La variedad que se cultiva en esta región, tiene una particularidad y es tratar de combinar la conservación del medio ambiente con la productividad para lograr el equilibrio”, señala Fernando Dueñas, investigador asociado al proyecto.

Además de eso, es necesario dar a conocer el privilegio natural del que goza el municipio. Es por ello que otras facultades se suman a la experiencia del Programa de Biología dirigida a fortalecer el sector turístico de nuestro departamento, con el fin de diseñar una experiencia que cumpla con el objetivo de informar al usuario, recolectar datos para reconocer su perspectiva del tema y sobre todo hacerlos partícipes de esta iniciativa por parte de interacciones que se podrán desarrollar, tanto en espacios análogos como digitales, despertando así, el interés por conocer estos municipios, llenos de riquezas naturales, familias emprendedoras e historia. “Desde la Facultad de Creación y Comunicación proponemos impulsar el movimiento por redes, diseñando una página que lleve el nombre del municipio y esta se difunda a través de comunidades de usuarios que disfruten conocer nuevos lugares y llenarse de cultura. En la página no solo encontrarán contenido textual y visual que informe de la riqueza de municipios, sino que también tendrán la facilidad de encontrar contactos directos con el turismo del lugar para hacer planes y programar las estadías de sus viajes”, dice Ximena Tovar, estudiante de Diseño de Comunicación de la Universidad El Bosque.

Así mismo, a lo largo del trayecto se encuentran algunos atractivos turísticos como el Alto del Mohán, ubicado en el pico de una montaña donde se vislumbra todo el municipio y el Observatorio Maximiliano Alzate. “Este es uno de los puntos más representativos, porque nos da una perspectiva más amplia de la provincia del Tequendama. Un espacio afortunado porque tiene muchas fortalezas sociales, culturales y naturales, claramente, todo ello nos motiva como biólogos a seguir investigando en estas áreas llenas de potencial. Este lugar, específicamente, cuenta con una riqueza enorme de frutales, tanto así que el mango cuenta con calidad de exportación. Nuestro trabajo consiste entonces en sensibilizar a la comunidad acerca de ese inmenso caudal que tienen a su alrededor para que sean conscientes del gran valor que les puede aportar en su desarrollo comunitario,” cuenta Laura Pulido, bióloga de la Universidad de El Bosque.

En la parte más baja de Cahipay se encuentra el Bosque de Niebla donde nace el agua que abastece gran parte de la región de la Provincia del Tequendama, descrito por el Instituto Humboldt como un espacio boscoso en el que el aire se condensa para producir una nubosidad que se mantiene gran parte del tiempo acoge a un sinúmero de especies de aves que en la actualidad se encuentran protegidas por un programa del municipio. La riqueza del bosque de niebla es enorme. Están las heliconias, todo un universo de orquídeas, de bromelias, que crecen en este ambiente húmedo. Y entre las especies de mamíferos pueden encontrarse, guatines, perezosos dos dedos, zorrillos y ardillas cola roja.

 

Las piedras de Los Panches

Hace más de quinientos años, todo el territorio de Cachipay estaba habitado por la cultura Caribe. El Parque Ambiental Los Panches que hoy en día es un mirador con vista panoramica de todos los municipios aledaños: La Mesa, Mesitas de El Colegio, Anolaima, Quipile, la entrada a Girardot y a la ciudad de Ibagué, antiguamente era el lugar estratégico de zaques y caciques para divisar sus asentamientos y organizar política y estratégicamente sus resguardos.

Por otro lado, en la parte media del municipio también se registran las huellas de nuestros antepasados en diferentes rocas distribuidas en lo que hoy son fincas familiares y donde se aprecia el arte rupestre de los antiguos Panches. En ellas antropólogos y artistas ruspestres de todo el país han indagado desde hace varios años para decodificar estas expresiones artísticas indígenas. Este inigualable tesoro se ubica en propiedades privadas, por lo que su visita, hasta hoy, debe ser programada. Debido a esto, el Programa de Administración de Empresas de la Universidad El Bosque propone que, parte de los beneficios económicos recibidos por las actividades turísticas u otros incentivos, como descuentos, actividades dentro del municipio o convenios se dispongan para los dueños de las propiedades, quienes en este momento son los guardianes de este tesoro histórico.

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GALERÍA

Material fotográfico cortesía del programa de Biología de la Universidad El Bosque