El propósito de la vida se define como la determinación personal de obtener, hacer o lograr algo, el cual ayuda a guiar en las decisiones, influir en el comportamiento y dar forma a las metas.

Para algunas personas, el propósito está relacionado con la vocación: un trabajo significativo y satisfactorio; para los demás, radica en sus responsabilidades con su familia o amigos y otros buscan el significado de vida a través de la espiritualidad o las creencias religiosas.

Son diversas razones por las que una persona durante el transcurso de su vida busca alcanzar un propósito, pero ¿Por qué tenerlos?

Según Claudia Marcela Rozo Reyes, directora del Programa de Terapia Ocupacional de la Universidad del Rosario, los propósitos vitales se consideran como parte de las necesidades humanas, en tanto brindan sentido a la existencia personal, le dan significado a la vida diaria y permite que se organicen las acciones para alcanzar unos objetivos que se unen a la autoestima personal y, por tanto, generan una gratificación sobre sí mismo.

Sin embargo, son muy importantes para el desarrollo personal.

“Los propósitos son necesarios para vivir. Saber que se desea lograr y marcar una meta, permite a las personas organizar un plan de vida que le da sentido a lo que hacen cada día, es cumplir con los deseos individuales que se alinean con los intereses personales”, asegura Rozo.

En este orden de ideas, los propósitos son la hoja de ruta, por la cual, las personas deciden como llevar su vida.

¿Por qué estoy aquí? Es el interrogante que la mayoría de personas se realiza en algún momento de su vida, el cual puede ser para algunos, aterrador o emocionante. Apoyarse en la incomodidad de esta pregunta existencial ayuda a darle sentido a la existencia y caminos más gratificantes a seguir.

Para definir cómo llegar a un propósito, la terapeuta ocupacional de la Universidad del Rosario, Claudia Marcela Rozo Reyes, nos indica los siguientes consejos.

– Plantear cuáles son los gustos e intereses personales. Aquello que se considera que es lo que conduce a sentirse satisfecho con la existencia.

– Definir a quienes se debe involucrar para el cumplimiento y qué se requiere para lograrlo, esto es, hacer un listado de los pasos que se necesita para ejecutarlo, lo que puede incluir tiempos y recursos.

– Hacer un plan exige que se plantee pequeñas metas que constituyen después el propósito vital.

– Es imperativo siempre saber quiénes hacen parte del proceso y cómo se pueden beneficiar o afectar por mi deseo personal, debido a que definir un propósito de vida es tomar decisiones de forma constante.

Identificar, reconocer y honrar su propósito es la base de una vida completa. Vale la pena porque le proporciona una brújula que guía cada decisión y lo lleva a las experiencias que ilumina el alma.

Al igual que la felicidad, el propósito no es un destino, sino un viaje y una práctica. Eso significa que es accesible a cualquier edad, si estamos dispuestos a explorar lo que nos importa y qué tipo de persona queremos ser.

Si somos capaces de revisar y renovar nuestro sentido de propósito a medida que navegamos por nuestras transiciones de vida, entonces podemos esperar historias más satisfactorias y significativas.

Claudia Marcela Rozo Reyes. Directora Programa de Terapia Ocupacional de la Universidad del Rosario, nos revela como el propósito de vida cambia durante el lapso de tiempo.

En la adolescencia

Que los propósitos se planteen en la adolescencia es muy importante en tanto, es en ese momento cuando se toman muchas de las decisiones que luego harán parte del plan vital. No obstante, es una época de múltiples cambios en la forma de ver y de entender el mundo, por lo que seguramente estos podrán ir cambiando y moldeándose a las necesidades y requerimientos de la vida.

Se requiere siempre la compañía de los adultos con los que convive para que contribuyan en el logro de estos, pero también, para darle sentido a aquello que se desea desde la visión personal.

Durante la adultez

En este punto, los adultos han tenido una trayectoria de vida que permite siempre acumular experiencias y formas de asumir las realidades que algunas veces han cambiado sus propósitos vitales. Sin embargo, es muy importante que los redefinan y vuelvan a retomarlos, especialmente, si no se van cumpliendo, debido a que ellos dan sentido a la existencia y generan satisfacción al final de la vida.

La mediana edad y más años

Aunque se haya vivido mucho, las personas siempre deben mantener los sueños y los deseos de estar satisfechos con la existencia. Tener un propósito en la vida en esta etapa de la vida le permitirá mantenerse vital, hacer cosas por sí mismo y por otros, lo que ayudará a que exista satisfacción y conexión con otros.

Como hemos visto, podemos tener múltiples propósitos que aumentan y disminuyen en importancia a lo largo de nuestra vida, a medida que hay obstáculos, las prioridades cambian.

Hay muchos beneficios de conocer tus propósitos, pero ¿cómo puedes averiguar cuál es el tuyo? Debes saber que esto objetivo es una combinación de la ciencia, de encontrarse a sí mismo y el arte, de hallar el sentido de la vida, que crea un camino hacia la felicidad. Para tener éxito en encontrar tu meta, debes dominar ese equilibrio.

Según Claudia Marcela Rozo Reyes. Directora del Programa de Terapia Ocupacional de la Universidad del Rosario, para buscar ese propósito se necesita:

– Conversar con quienes tienes alrededor para concretar aquello que deseas. Los propósitos en la vida suelen ser muchos, algunos para producir felicidad para ti mismo y a veces para los demás.

– Considerar los anhelos de las personas que se aman fundamental, pues la felicidad radica en compartir el cumplimiento de esos sueños con ellas.

– Crear una agenda en la que se registren los plazos de cada una de las pequeñas metas que se deben ir alcanzando.

– Permitirse cambiar de metas y darse tiempo. Persistir es clave dentro del cumplimiento, debido a que no todo se alcanza al principio.

– Ser consistente en el esfuerzo, pues, solo a través de un esfuerzo constante se llega a cumplir con esto.

Cuando realmente conozcas tu propósito, experimentarás una sensación de claridad como nunca antes, ya que podrás conectar lo que quieres lograr con tu objetivo final. Dejarás de luchar con el pasado y el futuro, y comenzarás a vivir en el presente, y ese es el mejor regalo que puedes darte a ti mismo.

No importa cuál sea tu propósito, lo que interesa es poder alcanzarlo y sentir esa satisfacción que no se compara con ningún otro sentimiento. Cumplir una meta es una tarea intencional. Debes hacer un esfuerzo consciente para lograrlo.

Como ayuda para que puedas realizarlo hemos esbozado ciertos pasos para que puedas cumplirlo.

Definir metas

Cumplir un propósito es un viaje que debes marcar con objetivos específicos. Para hacer esto, debes tener una idea clara de ¿cuál es? Esto significa que debe responder preguntas como:

¿Quién soy?, ¿qué me llena? y ¿a qué nicho pertenezco?

Una vez que tienes claro cuál es tu propósito de vida, das un paso más allá. Es hora de definir tus metas. Esto te lleva a las preguntas:

¿Qué debo hacer para cumplir el propósito? y ¿cómo voy a hacerlo? Todos tenemos diferentes caminos, por lo que no se sabe a quién le funcionará.

Sigue a tu corazón

Lo mejor es ceñirse a las acciones que mantengan tu corazón alegre durante el mayor tiempo posible. En el futuro, mirarías hacia atrás en tu vida, sonriendo porque hiciste lo que querías. No te dejes abrumar por los obstáculos. Por lo general, el mapa para cumplir tu propósito se encuentra en el interior. Escucha a tu corazón mientras trabajas para alcanzar tus metas.

Apégate a tus valores

Revisa tu vida desde que eras un niño pequeño. Debes estar atento a los valores que te han ayudado a lo largo de los años. Sigue apegado a ellos, debido a que influyen en tus decisiones, ayudan a impulsar tus acciones y tus sentimientos que son invaluables para ti.

Enfócate en tus fortalezas y mejora tus debilidades

Encontrar tus fortalezas y debilidades es clave para cumplir tu propósito. A medida que avanzas hacia el cumplimiento de tu propósito, es clave comprender cuáles son sus debilidades. Hacer esto te ayuda a descubrir qué tareas puedes realizar por ti mismo y dónde necesitas de una mano. Nunca te engañes pensando que puedes hacer todo solo.

Usa tus fortalezas tanto como puedas y trabaja para mejorar tus debilidades. Nunca te excuses por la mediocridad. Comprender tus fortalezas y debilidades te ayuda a saber qué tareas puedes manejar por ti mismo.

Celebra tus pequeños éxitos

Realizar esta acción te motiva a hacer más. Tiene una fuerte influencia en tu neurología, ya que te abre para un mayor aprendizaje. El efecto de esto es que te acercas más al resultado que deseas. No dejes que los pequeños errores te roben la emoción que viene con la realización. Concéntrate en las victorias y reflexiona más sobre los fracasos.

Averigua qué propósito es para ti, traza tus metas y trabaja para alcanzarlas. Cumple tu sueño no te quedes esperando que pase tu vida, sin cumplirlo.