La Educación Híbrida, un formato que se mantendrá

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LA EDUCACIÓN HÍBRIDA, UN FORMATO QUE SE MANTENDRÁ

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En las últimas semanas, las universidades han tenido que adaptar radicalmente el aprendizaje virtual para mantener a los estudiantes seguros. Ahora, la comunidad educativa está lidiando en cómo evitar las interrupciones académicas y maximizar la participación en un mundo remoto y semipresencial.

Al inicio de la pandemia la limitada preparación de las universidades en la educación virtual hizo que en el primer ciclo del año se haya tenido algunas opiniones negativas sobre el mismo. No obstante, en el segundo semestre tuvo una transformación de 180 grados donde los estudiantes vieron positivamente como se desarrollaba la cátedra, al incluir nuevas herramientas tecnológicas que han hecho que las clases sean más amenas e interesantes.

Sara Núñez, estudiante de arquitectura de la Universidad Católica de Colombia en este caso le dijo a Nuestra Tierrita que el primer semestre con la llegada de la crisis sanitaria había improvisación por el cierre de instalaciones. Sin embargo, el esfuerzo de mejorar las clases fue evidente con el paso del tiempo.

“El segundo semestre ya fue diferente, se notó la preparación que tuvo la universidad y los profesores para llevar sus clases, utilizando las herramientas tecnológicas adecuadas para cada una y lo mejor es que ya no eran tan aburridas como las del primer ciclo del año. Incluso me ha gustado más las clases virtuales que cuando se realizaban presencialmente”, asegura Núñez.

Por otro lado, Sofia Aldana, estudiante de Comunicación Social con énfasis en Publicidad de la Pontificia Universidad Javeriana aduce que se ha beneficiado con las clases virtuales, debido a que en este semestre aprovechó a inscribir más materias teóricas, porque tenía más tiempo, al no trasladarse de un lugar a otro.

“Incluso, la presión y la rigurosidad de que se hacen las cosas se disminuyó considerablemente, que cuando eran presenciales. En esta oportunidad, algunos profesores han sido flexibles en la entrega de trabajos y parciales entendiendo que la conexión de internet puede influir mucho en ello. Igualmente, un punto bueno de la virtualidad es que se pueden grabar las clases y con ello se resuelven dudas al volver a verlas”, afirma Aldana.

Para Fidel Mauricio Ramírez Aristizábal, PhD. y director de posgrados en Educación de la Universidad El Bosque estos cambios han sido una excelente oportunidad para nuevos aprendizajes. Hemos aprendido que no es necesario viajar cientos de kilómetros para llevar a cabo reuniones o congresos, que podemos ser eficientes y productivos desde casa, que los obstáculos desafían nuestra creatividad y que las ganas de estar juntos superan cualquier distanciamiento físico. Hemos aprendido a estar de otras maneras.

“Como universidad, entre muchas otras cosas, hemos aprendido acerca de las posibilidades de flexibilización que nos ofrece la incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en la consolidación de ambientes de formación sincrónica y asincrónica, lo que nos posibilita repensar el modelo tradicional de la educación presencial. Proceso en el que no estamos solos, sino que hace parte de las apuestas planteadas por los rectores de las universidades líderes en América Latina. Tanto la adopción de tecnologías digitales como el modelo de educación remota son oportunidades que aún después de la COVID-19 debemos seguir aprovechando, pues si bien esta pandemia pasará, la educación no volverá a ser la misma”, asegura Ramírez.

En este momento, algunas universidades están realizando pilotos de presencialidad con la autorización del Ministerio de Salud y la Secretaria de Educación. Sin embargo, el retorno tiene limitantes y unas normas puntuales que se implementarán de manera gradual.

Por esta razón, las clases presenciales serán lunes, martes, viernes y sábado sin superar un aforo del 25 %.

En este contexto, Sara Núñez al igual que Sofia Aldana consideran que no dudarían regresar a la presencialidad, siempre y cuando sea seguro salir y el virus haya desaparecido. Núñez, dijo que por su carrera si iría una vez que otra a los talleres y prácticas que se necesitan lo importante es que la universidad cumpla con las normas de bioseguridad.

En este orden de ideas, todo indica que este modelo de educación continuará hasta después de la pandemia.