SACAR DE QUICIO
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Tal vez, con frecuencia a escuchado la expresión “Sacar de Quicio”, cuando una persona hace que otra pierda la paciencia y se enoje por alguna acción malintencionada. Existen muchas maneras de hacerlo como gastar bromas pesadas, interrumpir continuamente a alguien cuando está conversando o hablar mal del aspecto físico de una persona.
¿Pero cuál es el origen de esta frase? Esta expresión fue acuñada desde la época de la colonia. Etimológicamente, esta palabra viene presuntamente de resquicio, antes rescrieço derivado del latín vulgar.
El quicio, en este sentido, es un gozne con punta que, actuando con una escuadra sobre un orificio, realiza un juego para que la ventana o la puerta puedan introducirse en un dintel o un umbral, lo que ahora llamamos bisagras.
Por lo tanto, simbólicamente se asocia el quicio a un orden o un estado natural. Incluso en la Real Academia de la Lengua podemos encontrar que desquiciar es sacar del quicio; desquiciador es el que saca juicio y desquiciamiento acción o resultado de desquiciar.
También, con un mismo significado se utiliza la frase “Fuera de Quicio”.