El museo más pequeño de Colombia

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EL MUSEO MÁS PEQUEÑO DE COLOMBIA

Tierrita de la Esperanza

Dentro de dos contenedores de 40 pies en desuso, donados por el Puerto de Buenaventura, se esconde gran parte de la historia y cultura de la puerta de oro del Pacífico. Se trata del museo más pequeño del país, el cual se encuentra a un costado del parque Néstor Urbano Tenorio y el malecón de esa ciudad.

Entre sus 54 metros cuadrados, el Museo de Ciencias, Cultural e Histórico de Buenaventura se alojan decenas de piezas de importancia histórica y cultural de la ciudad y la región, las cuales han sido resguardadas desde un comienzo por el veterinario Julio Gonzalo Rodríguez Bonilla, ahora director de este lugar cultural.

Al contrario de lo que se ve en los grandes museos de algunas de las ciudades del país, donde sus espacios son amplios y prolijos, este minúsculo sitio solo ofrece un estrecho pasillo, el cual se debe atravesar con mucho cuidado, para poder preservar y observar los diferentes objetos que han vencido al tiempo y el inclemente clima de la ciudad, los cuales han sido donados por muchas familias porteñas.

La exposición de las piezas históricas van desde un taller de joyería antigua; el primer heliógrafo; cámaras de fotografía y video; artículos personales de artistas del Valle del Cauca, como la vitrola de Petronio Álvarez; maquetas de buques; uniformes de los oficiales de la flota mercante Grancolombiana; brújulas y hasta un gato de dos cabezas, entre otros objetos de gran importancia, los cuales reposan dentro de varios estantes antiguos y vitrinas de vidrio.

Sin embargo, no son los únicos objetos los que tienen mayor dimensión y se encuentran esparcidos por el parque Néstor Urbano Tenorio, frente al malecón. Allí también está la propela del Triptonia, un barco que estalló en la bahía del puerto, el 28 de febrero de 1929, cuando transportaba 200 toneladas de dinamita, la cual fue rescatada por buzos junto con otros pedazos del navío. Igualmente, se encuentran cuatro estatuas imponentes de dioses chinos que fueron donadas por el país de origen, además de imponentes cañones que se encuentran en la entrada del museo.

El esfuerzo de Julio Gonzalo Rodríguez Bonilla, director del museo, para conservar este pequeño pedazo de historia del puerto y la región ha sido monumental, pues prácticamente con las uñas ha logrado mantenerlo en funcionamiento y tan solo espera el apoyo del Ministerio de Cultura, la Gobernación y la Alcaldía.

Qué bueno sería ver que este emblemático sitio dejara de ser el museo más pequeño de Colombia, para convertirse en uno de los más grandes del país.