El Nevado

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EL NEVADO

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Hacia una mañana espléndida. El cielo azul predecía un día caluroso y no me equivocaba el viento cálido que entraba por la ventana del auto pegaba en mi cara. Después de dos horas de viaje en el trayecto de Bucaramanga a Villanueva (Santander) el calor me hacía pensar en llegar lo más pronto a mi destino. La curiosidad y la sed que se apoderaban de mí, hacían que pisara más el acelerador para llegar y conocer las excéntricas paletas de la Heladería El Nevado, que han hecho a este municipio famoso.

El voz a voz de los sabores raros y la calidad de sus productos han sorprendido tanto a nacionales y extranjeros, que fue lo que hizo que fuera a este lugar a comprobar que tan real es encontrar helados de corozo, aguacate, yuca y hasta de viagra, entre otros. La espera había acabado, después de más tres horas de recorrido llegamos al parque principal del municipio de Villanueva, el cual resalta por la cantidad de árboles que protegen del sol a las de piedra talladas a mano, técnica a la que se dedicado esta población a lo largo de sus años.

Le pregunté a un transeúnte en qué lugar se ubicaba la Heladería, amablemente nos indicó que se encontraba a media cuadra del parque sobre la carrera 14 al sur de la calle 14. Nos dirigimos allí y menos de dos minutos mal contados estábamos frente a una casa de un piso que sobresalía por un letrero de gran formato donde se puede observar una montaña cubierta de nieve con la frase en color rojo y en mayúsculas: “Heladería El Nevado. Gracias por preferirnos”, la cual está pintada sobre una pared de color maracuyá con gris.

Al entrar nos encontramos detrás de un congelador grande un hombre con la cabeza rasurada, camisa negra y con gran sonrisa. Se presentó como Robert Alonso Neira –uno de los dueños del establecimiento– quien al observar el listado de helados nos ofrecía helados de Aguacate, Chicha, Borojó, Leche de Cabra, Cerveza, Durazno y otros que no estaban en él, por ser nuevos como yuca y yuca rellena de frijol, entre otros.

La sed que tenía hizo que me antojara de una paleta de aguacate, la cual pedí, mientras le preguntaba sobre cómo fue el inició este negocio. Mientras se agachaba a entregarme mi pedido comento que el negocio es una empresa familiar que empezó más o menos hace 47 años cuando una amiga de su mamá tenía unas máquinas de helado blando y le dijo que se las vendía porque no le fue bien con ellas en San Gil.

“Mi mamá le comentó a mi papá y él dijo que fueran a verlas y las compraron. En esos tiempos solo se hacía cremita de helado blando los días domingo. Luego se adquirió un congelador y se hacían las cremas con más constancia y se abrió entre semana. Después de un tiempo comenzaron a adicionar otros productos y sabores como helados de coco, bocadillo y salpicón, entre otros” lo decía mientras sale detrás del mostrador con los helados en la mano para conversar más a gusto con nosotros.

Se recostó en el congelador y continúo con el hilo de la conversación “El negocio fue creciendo y se pensó en nuevas técnicas de congelamiento y se adquirió una planta de salmuera para aligerar los procesos, la cual ayuda a que se congele el helado entre 30 y 40 minutos”.

Cortando su historia le pregunte ¿cuál fue el primer helado que los catapultó a la fama que ahora tienen? El limpiándose el sudor de la cara me contesta. “Buscando nuevos sabores encontramos que el Corozo tenía un buen sabor y lo comercializamos teniendo éxito con la gente del pueblo y hasta de turistas extranjeros que pasaban para probar los helados. Lo que nos obligó a pensar en sabores raros enfocados inicialmente en frutas. Haciéndolos más al estilo italiano que contienen solo la grasa de la leche”.

Roberto, cuenta con pasión que los sabores de Aguacate, Chicha, Cerveza, la paleta de Viagra (Borojó y Chontaduro) son buenos productos que han hecho que el turismo de Villanueva creciera y que tienen ya unos nuevos sabores que saldrán al mercado como el plátano frito y muy pronto el de Sabajón.

“La mayor parte de los frutos que utilizamos los cultivamos o los compramos a la gente cercana a nuestra población. De esa manera bajamos costos para tener también precios asequibles para los pobladores, los turistas nacionales y extranjeros”

Es así que la familia Neira y su heladería –que ya va a cumplir 50 años– ha hecho que Villanueva deje e ser un punto en el mapa para ser el municipio turístico por la fama de sus helados y sea parte del motor de la economía de esta población.