La Leyenda del Guandó

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LA LEYENDA DEL GUANDO

Mitos y leyendas

Don Miguel solía ser un hombre muy adinerado, con propiedades y una familia no tan numerosa en Antioquia grande, él tenía una única hija que lo abandonó por avaro y egoísta con las demás personas. Sin embargo, su nieta lo visitaba dos veces al año y esto lo hacía un poco menos infeliz.

Durante 8 años, Miguel despedía a su nieta, quien regresaba a Bogotá con su mamá.Aunque esto lo afligía un poco, no perdía tiempo y siempre se apresuraba a regresar a su casa para revisar su ganado y su propiedad, le aterraba pensar que alguien le robara. Al pasar de unas horas llegó la Sra. Elsa, esposa del Sr. José, ellos pertenecientes a una humilde familia, buscaba de Don Miguel una ayuda para el sepelio de su hijo, el cual había fallecido hacía unas pocas horas.

Miguel al notar su presencia asomó la cabeza por la ventana y de inmediato hizo un gesto de disgusto, salió a la puerta y Doña Elsa con el dolor que la acompañaba le rogó a este hombre, para darle a su hijo cristiana sepultura, pero el con su arrogancia le respondió:

“!Ehh! !Ave María Elsa, yo no tengo compromiso con nadie, y mija ni crea que le voy a ayudar, cuando yo me muera tírenme a un barranco y que yo sea la comida de los gallinazos!”.

Muy déspota se entró pa’ su casa y al rato se fue a tomar unas cervezas en una cantina cerca de la finca, era aficionado al azar y se encontró con un Antioqueño más abeja que
él, tomaron y tomaron por horas; apostaron tanto que hasta Don Miguel jugó su finca, la cual perdió. Borracho y en la miseria, acudió a la humilde casa de Doña Elsa y Don José, allí buscaba ayuda y un lugar donde poder recuperarse, ellos lo recibieron con gentileza y lo acostaron en la cama del hijo fallecido, a las pocas horas Miguel falleció en la pobreza.

Doña Elsa y Don José montaron el cuerpo del fallecido en un guando y llamaron a los vecinos para que lo llevarán y se hiciera con su cuerpo lo que él había querido. Iban cuatro hombres cada uno en una esquina, ellos tratando de evitar que el cuerpo cayera en algún momento, al pasar el puente que los llevaba a su destino, el río cobró fuerzas y se llevó a los cuatro hombres y el cuerpo de Don Miguel.

Desde entonces por los caminos y las montañas de Antioquia y Caldas se ve pasar al Guando, cubierto por una sábana blanca, debajo de la cual se supone que va un muerto. Este espanto va acompañado de cuatro personas, son su cortejo fúnebre. Llevan velas y van rezando a su paso. Se escuchan gritos, lamentos y cantos en su presencia. Se dice que El Guando se les aparece a los avaros.