Colombia gana a Japón en campeonato de robótica
COLOMBIA GANA A JAPÓN EN CAMPEONATO DE ROBÓTICA
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En la sede de la Uniagraria. Entre una carpa blanca gigante situada en la cancha de la universidad. Niños, jóvenes y adultos están reunidos para apreciar una de las finales más esperadas del Runibot 2019: Colombia enfrenta a Japón en la Categoría Robot Sumo Autónomo de 3 kg.
Antes de iniciar la batalla. Hollman Ariza, profesor de la Universidad El Bosque –que tenía puesto una camiseta blanca con el tricolor colombiano al costado de una de sus mangas y jean negro– hace los últimos ajustes al robot junto con su equipo de alumnos. Revisan que todos sus componentes y la programación de su creación estén a punto. Este dispositivo es una caja plateada que no pasa las dimensiones de 20 x 20 centímetros y pesa 3 kg. Asimismo, para darle más distinción decidieron ponerle en su frente la palabra COLOMBIA con los colores de la bandera.
Todo parece estar bien –a pesar de todos los golpes recibidos en las anteriores batallas–. Hacen el primer llamado para la partida y Hollman como si transmitiera a su robot su espíritu de competencia, se concentra y lo toma en sus manos para llevarlo al dojo –un círculo de 144 centímetros de diámetro de color negro-. Al mismo instante llega su contrincante –que viste una sudadera negra, guantes rojos y gafas sicodélicas- con una máquina que aparenta que le lleva la ventaja, por su diseño y el patrocinio que tiene.
El público se muestra entusiasmado. Los dos competidores casi al mismo tiempo ponen los robots frente a frente, como si fueran dos luchadores de sumo. Hollman se hace a un lado de su máquina y se acurruca para verlo fijamente. Lleva su mano cerrada a su boca esperando el desarrollo de la batalla. Mientras que el japonés toma sus manos sobre las rodillas con el fin de agacharse.
El árbitro en voz alta dice “1, 2, 3” e inmediatamente el robot colombiano toma iniciativa y va directamente hacía su contrincante, cuando ya está a pocos centímetros, el robot japonés reacciona arroyándolo con potencia, pero no basto ese esfuerzo. La fuerza del aparato nacional lo arrojo fuera del dojo dejándolo patas arriba. La reacción de Hollman fue inmediata –salta con los brazos arriba y gritando al unísono con el público–. Los gestos del japonés de decepción lo dice todo. Al robot solo le tomó 4 segundos para ganar esta partida.
El profesor Hollman Ariza –aun celebrando– recoge su robot y lo prepara prepararlo para la próxima partida. –Si gana de nuevo su equipo será el campeón en la categoría– Lo revisa y no le ve ningún desperfecto. Se agacha para dejarlo en posición de lucha. Lo propio hace el japonés. Ambos contrincantes se inclinan a observar a sus pupilos. Se escucha el conteo “1, 2, 3”. El “luchador” colombiano reacciona sin embargo queda patinando sobre una rueda en el dojo. Hollman no lo puede creer y solo se le ve un gesto de angustia. Entre el público se escuchaba un “aayyy nooo”. El nipón está desconcertado y ve como su máquina se lanza a darle la estocada final a un contrincante que se veía moribundo, pero de las cenizas, como el ave Fénix, resurge la fuerza del robot nacional, para lanzar de nuevo fuera del dojo a la máquina japonesa.
Hollman Ariza y el público gritan nuevamente de la emoción. Salta como si fuera un niño pequeño. No lo podía creer. Entre ese júbilo me acerco para preguntarle sobre su victoria. Aun estando eufórico me contesta: “El trabajo del equipo fue gratificante. Tuvimos muchos sentimientos encontrados en esta última batalla: sorpresa y alegría, pero lo sacamos adelante. Es una muestra que el compromiso y todo ese aprendizaje que se ha venido recolectando desde hace 5 o 6 años en estas competencias ya están dando frutos y la idea es seguir avanzando”.
Mientras recibe elogios y saludos le pregunto: ¿a qué se debe a que hayan llegado tan lejos? “nosotros hemos venido desarrollando todo un proceso, desde el año 2013, donde nos vinculamos a la Red Universitaria Bogotá Robot – Runibot y a partir de ahí hemos dedicado un gran esfuerzo para producir robótica a nivel de competencia. Esto con la finalidad que los estudiantes de ingeniería electrónica puedan profundizar en sistemas de programación, sistemas de control, sensórica y todo lo que es la parte electrónica de potencia”, dice el profesor de ingeniería electrónica de la Universidad El Bosque sin parar de recibir felicitaciones por el logro realizado.
Ahora a Ariza y a su equipo les tocará demostrar que la potencia de su robot sigue intacta. Al ganar esta competencia obtuvo el cupo para participar en el Campeonato Mundial de Robótica que se desarrollará el próximo mes de diciembre en Japón.
Solo se le puede decir que tenga suerte y demuestre que Colombia está dando pasos de gigante en cuestión de informática y robótica.