Juan David Castillo: el abogado que se reconvirtió en cocinero y vende chorizos en Paris

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JUAN DAVID CASTILLO: EL ABOGADO QUE SE RECONVIRTIÓ EN COCINERO Y VENDE CHORIZOS EN PARÍS

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Cada día, sobre su bicicleta, Juan David Castillo, de 37 años, abogado de profesión y chef de corazón, recorre las calles de París, para llevar sus preciados chorizos a los cientos de clientes que conocen su sazón.

Este manizaleño que se hace conocer como “El man de los chorizos” llegó a Francia tres años atrás y ve su trabajo como no solo un emprendimiento, sino parte de su vida y su felicidad.

“Yo llegué a Francia como resultado de una reconversión profesional en busca de la felicidad. Yo era abogado y me reconvertí a cocinero en el 2016. De ahí se me metió la idea de conseguir experiencia en la cocina y el mejor país para ello es Francia” comenta Juan David a Nuestra Tierrita.

Esta idea de negocio, aunque surgió por necesidad, también fue una oportunidad de demostrar lo que podía hacer al complacer el paladar de los paisanos que viven en la Ciudad Luz.

“La idea de emprender con chorizos surgió cuando me quedé sin trabajo en ese país y necesitaba inventar algo. A mi no me gusta trabajar para la gente, yo tengo espíritu de emprendedor. Entonces, quería vender comida y me decidí por este producto que lo había aprendido a elaborar en Argentina” acota Castillo.

Sus chorizos comenzaron a venderse muy bien en las redes sociales. Inicialmente, paisanos que viven en Paris, lo contactaban para conseguir un buen chorizo debido a que los de Europa no tienen buen sabor. Luego, los parisinos lograron engancharse a los sabores que ofrece.

Sus ventas son buenas. Sin embargo, le toco parar la Choricleta –La bicicleta en donde hace los domicilios— por la llegada de la Covid-19.

“En la pandemia paré mientras duraba el confinamiento obligatorio. Tenía la autorización de vender, pero no quería arriesgar nada, debido a que mi esposa estaba en embarazo. Logré subsistir con el subsidio del gobierno francés. En ese tiempo me dediqué a una campaña social para ayudar a los colombianos damnificados (los indocumentados) consiguiendo comida para las personas que quedaron sin trabajó y no tenían ayudas del estado” cuenta Castillo.

Su gran corazón al parecer dio frutos, cuando el gobierno francés dio vía libre a la apertura de la economía, después del desconfinamiento.

“Al abrir el negocio, nuevamente, la gente respondió muy bien. Hasta contraté 3 personas que se habían quedado sin trabajó para hacer los domicilios. Las ventas explotaron. La pandemia para mí fue y sigue siendo algo muy positivo, porque me permitió adaptarme y me mostró el camino para crecer. Crecer ayudando y crecer entre todos” asegura Castillo.

Por lo pronto, los parisinos seguirán viendo no solo una Choricleta rodando por sus calles, sino varias llevando la sazón de un paisano que trabaja con el corazón.