tejo

El único deporte en el que sus jugadores se hidratan con cerveza

¡Ayúdanos a compartir esta historia!

EL ÚNICO DEPORTE EN EL QUE SUS JUGADORES SE HIDRATAN CON CERVEZA

Made In Nuestra Tierrita

“En Bogotá, barrio que se respete tiene su Campo de Tejo” comenta don Abelardo Gómez –taxista de profesión y con 62 años edad– quien amablemente me dio permiso de entrevistarlo en la tarde del sábado 2 de octubre. En esta ocasión espera a sus compadres –como él les dice– para jugar un chico o partido en el Campo de Tejo Fredy Club, que se encuentra ubicado en La Almería. Se citaron para el cotejo a las tres de la tarde. “Ya casi llegan” murmura, mientras el administrador pone una cerveza a su mesa y a la vez él mira su reloj que marcaba las 2 y media.

Al fondo del establecimiento, de una rockola, sale estridente la música de una de las canciones de Javier Solís. “Esa canción se llama Retirada” dice don Abelardo mientras con su mano limpia el pico de la botella, antes de beber el primer sorbo.

¿Cuánto hace que usted juega tejo? Le pregunto. Él con una voz carrasposa, de esas que se nota lleva fumando mucho tiempo, dice “juego, póngale más o menos 30 años. Asimismo, vengo cuando puedo, es decir cuando mi mujer me deja” y suelta una carcajada.

Con el tiempo que lleva jugando me imagino que usted sabe las reglas del Tejo al derecho y al revés. “Claro que sí. Depende con quien se está jugando. Con los compadres jugamos en pareja, pero ya en un partido serio deben ser equipos de cuatro personas” me lo dice llevando la botella a su boca para tomar otro sorbo de cerveza. “¿Quiere una?” me dice. “Nooo muchas gracias” le conteste agradecido.

¿Qué puntajes se necesita para ganar una partida? En ese momento en que termine de realizar la pregunta llega uno de los compadres de don Abelardo. “Él es Francisco” exclama. “Mucho gusto” me dice el señor y se sienta con nosotros, eso sí sin dejar de pedir una cerveza para él –Su bigote y las manos con trazos negros dentro de los zurcos de sus manos, me hacían pensar que era mecánico–. Don Abelardo le cuenta que yo soy periodista y estoy haciéndole una entrevista sobre el deporte del Tejo.

El voltea mirándome a los ojos y retomando la pregunta contesta “Para responderle hay que tener en cuenta que el juego tiene diferentes puntajes depende de cómo cae el tejo en el cajón. Primero debemos saber que este cajón tiene un bocín (Cilindro de hierro que se encuentra en la mitad de la cancha, el cual está rodeado de arcilla o en ocasiones de plastilina) en donde se coloca 4 mechas (Pólvora envuelta en papel en forma de triángulo) y los dos cajones se encuentran más o menos entre 19 metros de distancia.

“El puntaje es así. Una mano (el tejo que quede más cerca al Bocín) tiene un punto. Incluso es la manera de saber que equipo comienza el juego de primero. Luego está la Mecha (Cuando el tejo golpea una de las papeletas con pólvora y la hace estallar) que otorga tres puntos. También está la embocinada (es cuando el tejo cae en todo el centro del Bocín) y concede al equipo 6 puntos. Por último, está la moñona que da al equipo 9 puntos y sucede cuando el tejo cae dentro del bocín y a su vez explota una mecha”, dice don Abelardo.

Sin embargo, el señor Francisco bajando la botella después de un sorbo de cerveza acota “faltó hablarle del tejo, el cual es fundamental en el juego, pues debe tener entre 5 y 9 cm de diámetro en su base y 4 cm de alto. El peso no importa sino el que más le convenga al jugador. En los campos de tejo nos ofrecen unos. Sin embargo, es mejor poseer uno como este”. Don Francisco saca de una bolsita su tejo. Lo tomo en una de mis manos y es pesado. Mientras lo tanteo me dice “El que hace 27 puntos gana una partida. Nosotros jugamos el que gane 2 de 3 y el que pierde paga la cuenta” dice sonriente mientras me recibe de nuevo su herramienta de juego.

¿Y cuánto duran jugando? Don Francisco que tomo la vocería me contesta “Depende si alargamos los chicos. Pueden ser tres horas, incluso hasta más cuando está reñido el juego”. Y cuanta cerveza se toman. Con risa me contestan “Entre dos y tres canastas”. Son las tres de la tarde y llegan sus compañeros de juego.  Se despiden y se dirigen a la cancha, eso sí sin olvidar sus botellas.

El tejo es un deporte autóctono de Colombia y tiene más de 500 años de antigüedad.  Se juega en todas la regiones especialmente en Cundinamarca y Boyacá. Sus deportistas siempre se hidratan con cerveza.