Guaviare 2024 Capítulo 1

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GUAVIARE CAPÍTULO 1

Ruta del Chaquén 4.0

VIDEO CAPÍTULO 1

Producción Nuestra Tierrita: Cámara 1: Duván Fiallo Cámara 2: William Fonseca Coordinación periodística: Edgar A. Núñez. Periodista: Edgar A. Núñez. Guion: Edgar A. Núñez y Pedro Aldana Postproducción: William Fonseca Sonido: Laura Camila Blanco Diseño gráfico: Andrés Flórez Redes Sociales: Edwin Castiblanco. Bogotá – Colombia

Tras un viaje de 30 minutos en automóvil desde el casco urbano de San José del Guaviare, atravesamos una vasta llanura cubierta de verdes pastizales, donde las vacas nos observaban con curiosidad. A un costado de la carretera, un camino sin pavimentar nos condujo a nuestro destino: la Reserva Natural Ñupana, un lugar conocido en la región por sus esfuerzos de conservación.

Al ingresar, el inmenso tapete verde de la llanura comenzó a transformarse en frondosos árboles, indicando nuestra cercanía al destino. La vegetación a los lados del camino se abrió paso, guiándonos hacia un pequeño claro donde se encontraba la vivienda de la familia Zapata Sánchez.

Al bajar de la camioneta, escuchamos un chillido y vimos las ramas de los árboles moviéndose. Desde una de ellas, Macaco, un mono capuchino habitante de la reserva, nos observaba con curiosidad y nos dio la bienvenida con una sonrisa, provocando muchas risas en nosotros.

Al mismo tiempo, Héctor Zapata, propietario de la finca, cuyo rostro reflejaba el paso del tiempo y que vestía gorra, jeans y una camiseta verde con la imagen de un pequeño Tara o Umalá, nos invitó a entrar al hogar que ha habitado por más de dos décadas. Los grandes ventanales permitían observar el paraíso verde que los rodeaba, donde los animales convivían pacíficamente con esta familia.

La recepción de la casa era enorme y estaba adornada con una gigante mesa artesanal de madera, donde nos invitó a sentarnos para conocer su historia.

La transformación

Héctor nos relató con entusiasmo cómo logró transformar su finca ganadera de 56 hectáreas en un próspero santuario de conservación de la vida silvestre y regeneración ambiental. Utilizando un mapa detallado, nos mostró cómo los pastizales que una vez dominaron el paisaje dieron paso a un frondoso bosque con una diversidad de especies arbóreas.

“Nunca me imaginé abandonar un ‘supernegocio’, como era la ganadería, hoy sería una experiencia sorprendente, porque ahora tenemos la recompensa de ver fauna y flora; esto nos llena de gran emoción”, dice Héctor con voz entrecortada por la pasión que siente por su proyecto.

Durante estos años, Héctor y su familia han cultivado árboles maderables como Abarco, Caoba, Cuyubi y Cachicamo. Estos han sido su materia prima para otro oficio: la carpintería, que les ha ayudado a subsistir a lo largo del tiempo.

Tras esta exposición sobre la metamorfosis que ha sufrido la reserva, nos invitó a recorrer los senderos ecoturísticos que allí existen, donde las personas pueden observar cómo los árboles han abrazado totalmente sus terrenos.

Durante el camino, nos propuso conocer su ‘cajero automático’—algo que inicialmente nos dejó reflexionando sobre lo que estaba mencionando—hasta que llegamos a su más preciado espacio en la finca: su cultivo de árboles de caucho, del cual obtiene parte de su sustento.

Para demostrar el trabajo que realiza allí, tomó una cuchilla y raspó la corteza para mostrar cómo la leche brota de sus heridas y se deposita en un recipiente plástico. Mientras lo hacía, hablaba del libro “La Vorágine” y sobre la destrucción ambiental que parece no haber terminado en su región.

“Acá vengo cada vez que necesito dinero”, dice Héctor con una sonrisa en los labios.

Su tarea de protección

Mientras caminábamos y Macaco nos acompañaba entre los árboles, observamos diferentes especies de insectos y aves gracias a los multicultivos presentes durante todo el trayecto del sendero. Allí vimos un conjunto de animales encerrados en cubículos especiales para su protección y la de los humanos.

Estos animales son parte de los guerreros que han sobrevivido a la crueldad humana y a las adversidades naturales gracias a la ayuda brindada por la familia Zapata. En este espacio se encuentran animales salvajes como dos pumas, un ulamá, un ocelote y cerdos de monte, entre otros. Estos animales están allí debido a incautaciones realizadas por autoridades ambientales o por la ignorancia de algunos campesinos que los persiguen para proteger su ganado o cultivos.

Si deseas conocer más sobre esta familia y de algunos casos de estos animales, no dejes de leer nuestro próximo capítulo: Reserva Ñupana: ejemplo de vida y conservación.

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