EL OCÉANO: BALUARTE DE VIDA
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Colombia es un país afortunado, por estar bañado en sus costas por los dos más importantes océanos en el mundo: Atlántico y Pacífico. En esta oportunidad, Nuestra Tierrita hace un homenaje especial a estos dos titanes que producen la mayoría del oxigeno al planeta y nos suministra infinidad de alimentos.
¿Qué relevancia tienen los océanos en Colombia?
Desde el extremo occidental, el país abarca 1.300 kilómetros de costa sobre el Océano Pacífico; mientras que, por el norte, está rodeado de 1.760 kilómetros de costa del mar Caribe. Contando, en total, con una superficie oceánica de 928.660 km2. Este extenso territorio, alberga una parte significativa de la biodiversidad nacional, entre los que se encuentran 2.574 peces, 1.192 moluscos y 641 crustáceos; así como seis especies de tortugas marinas, de ocho que existen en el mundo.
En Colombia, el 45% del territorio es marino; específicamente, los ecosistemas acuáticos comprenden 20.528.919 hectáreas, haciendo de este un país megadiverso. Además de ser el hogar de una variedad de especies endémicas, existen cuatro tipos de formaciones subacuáticas características: arrecifes coralinos, ambiente pelágico, manglares y praderas de pastos marinos.
¿Cuál es el valor invaluable de los océanos?
Aunque parezca curioso, más del 70% del planeta tierra es agua; de esa cifra, el 96% corresponde al agua salada que circula por los mares y océanos. Produciendo, desde sus organismos acuáticos o fitoplancton, la mitad del oxígeno que libera anualmente la atmósfera y absorbiendo el 30% del dióxido de carbono derivado de la actividad humana.
Adicionalmente, alrededor de 230.000 especies: mamíferos, moluscos o peces, habitan sus profundidades y son fundamentales para regular las condiciones climáticas como en la seguridad alimentaria. Un escenario natural que representa el medio de subsistencia del 10% de la población mundial. Es por ello, que cada 8 de junio se celebra el Día Mundial de los Océanos.
¿Cuál es la diferencia entre los mares y los océanos?
Pese a que las personas suelen emplear como sinónimos al mar y el océano, se trata de conceptos diferentes. Por un lado, los mares se caracterizan por tener menor profundidad, colindar con los océanos y, en caso de poseer costa, desde alguno de sus extremos tocar tierra. Los océanos, por su parte, son más extensos y cumplen la función de separar a los continentes; desde el ámbito cultural como económico, también representa un espacio de cohesión entre naciones:
1. Permitiendo la actividad de la industria marítima, desde el transporte, la pesca, la energía eólica o la biotecnología.
2. Garantizando el acceso a los recursos naturales y los servicios ecosistémicos marítimos.
¿Cómo mejorar la nuestra relación con los océanos?
Si bien dependamos en gran medida de los océanos para subsistir, el ser humano ha explorado menos del 10% de este territorio. No obstante, el desconocimiento existente sobre las profundidades marinas no ha limitado nuestras acciones superficiales y las respectivas como evidentes consecuencias negativas que, eventualmente, podrían conducir a la desaparición de estos recursos naturales y vitales. Por lo que es momento de tomar acción.
Enseguida, proponemos algunas prácticas sencillas que enriquecen la perspectiva y mejorarán nuestra relación con los océanos:
1. La División de Asuntos Oceánicos y del Derecho del Mar de la ONU organiza un evento anual; esta vez se transmitirá en vivo, desde su sede en Nueva York, el 7 junio. Es un excelente espacio para conocer la postura de políticos, científicos, líderes de opinión u activistas, así como profundizar en líneas de acción en torno a la colaboración y compromiso por los océanos.
2. Cuando visites las playas, procura recoger la basura que encuentres y, si es posible, organiza jornadas de limpieza. Evitando así que los residuos contaminen el agua, lo cual afecta negativamente a los ecosistemas y sus especies.
3. Reduce el consumo de plásticos de un solo uso, reemplázalos por botellas o recipientes reutilizables y, cuando corresponda, desecha y recicla acertadamente los residuos: separándolo en orgánicos e inorgánicos. Los desechos no biodegradables terminan en las fuentes hídricas, perjudicando la calidad de vida de las comunidades nativas y poniendo en riesgo la vida de los animales.
4. Cierra el grifo cuando laves tus dientes, al fregar los platos, enjabonarte u aplicarte productos capilares. Limitando así el desperdicio de agua.
5. Actualmente, diferentes especies se encuentran en peligro de extinción debido a la caza furtiva. Para contrarrestar sus efectos, es necesario reducir o prohibir el consumo de productos hechos con animales en riesgo, en este caso marinos, ya sea alimentos, artículos cosméticos o accesorios.
Una vez comprendida la importancia de estos ambientes naturales como pulmón del planeta, fuente de alimentos y componente significativo de la biosfera. El objetivo de esta jornada es, precisamente, informar responsablemente acerca del impacto de la huella humana sobre los océanos; en búsqueda de desarrollar un movimiento de activismo ambiental de alcance mundial, que permita unir a la población en torno a la defensa y conservación de la diversidad de ecosistemas acuáticos.